ISMAEL: El Viaje Está Escrito en su Nombre
En El Viaje Idílico de un Supuesto Hedonista, cada página, cada línea, cada código… parece tener una intención escondida. Pero cuando descubres que los primeros seis capítulos (y los países que los componen) forman el nombre del autor, todo cambia.
Las primeras paradas del viaje:
- Italia
- Suiza
- Malta
- Alemania
- España
- Lituania
¿Coincidencia? Para nada.
ISMAEL.
El nombre del autor oculto en el itinerario. Un acróstico críptico escondido en la geografía de su personaje.
¿Qué significa esto?
Este no es un viaje cualquiera. Es una ruta iniciática.
Cada país no es solo un escenario: es un símbolo, una parte del autor. Es como si Ismael Martínez hubiera usado el mapa de Europa como espejo de sí mismo. Como si los primeros seis capítulos fueran una autobiografía cifrada contada a través de excesos, sexo, filosofías y drogas.
El viaje de Amelis Tezmarin (anagrama de Ismael Martínez) es el viaje de Ismael. Y el mapa no es más que el reflejo de su identidad desperdigada por el mundo.
Escritura obsesiva, brillante… ¿o una catarsis disfrazada?
Este tipo de detalles —los nombres en anagramas, los códigos químicos, el uso de la hora como duración de efectos, el mensaje en morse, y ahora el uso de países para deletrear su nombre— no son simples guiños. Son estructuras cuidadosamente construidas por alguien que no solo quería contar una historia, sino que necesitaba dejar pistas, cicatrices, confesiones encriptadas.
¿Y por qué lo haría?
Tal vez porque este libro no se trata solo del placer, del sexo, ni de la droga. Tal vez se trata de algo mucho más íntimo:
- Reconstruirse a través de lo que se descompone. Nombrarse a través del viaje. Decirse a sí mismo: estoy aquí, en cada página.
Una lectura para los que aman descubrir
El Viaje Idílico de un Supuesto Hedonista no es solo para lectores, es para buscadores.
Para quienes disfrutan encontrar sentido en los detalles.
Para quienes leen entre líneas y preguntan:
- “¿Qué me estás tratando de decir realmente?”
Y la respuesta está en el mapa, en los nombres, en las fórmulas, en el morse…
y ahora, también, en los países.
El viaje empieza con ISMAEL. ¿Te atreves a seguirlo hasta el fondo?
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